martes, 25 de enero de 2011

25 enero

Hoy ha sido un día como otro cualquiera, el humo del tabaco contamina las aceras, invadidas de colillas y en alguna que otra cafetería se ven velas perfumadas para disimular el no olor a Chesterfield, Marlboro o Ducados…
Absorto en mi música, caminar lento me relaja…sigo usando mi mp3 de 512 Mb, con más forma de consolador que de reproductor de música…ya no se venden, ni siquiera en los chinos…que noventa y nueve euros más bien aprovechados, tiene casi seis años…Por él han pasado millones de canciones, cientos de grupos, ninguno mejor que otro…y de todos podría cantar el estribillo.
Mi novia siempre dice que soy un bohemio, quizá sea que le da envidia como aprovecho las tardes…o quizá sea uno de mis mil defectos que ella se calla para no hacerme daño.
He visto a mi abuela tomando un café con sus amigas…da gusto que después de tantos años sigan teniendo cosas que contarse a la salida de misa alrededor de un cenicero…bueno, ahora mismo papelera, de esos ya no se usan…
La gente está fuera de los bares…sujetando una bala que se consume a cada calada…sabiendo que cada vez que lo hacen se mueren un poco más, y nos matan un poco más…
He saludado al peluquero de la esquina, ese que siempre te deja el pelo un poco más corto de lo que tú quieres y un poco más largo de lo que él desearía…Paradójicamente es calvo, pero tiene un dominio de la tijera increíble.
Me encanta la costumbre de sacar las llaves una manzana antes de llegar al portal, siempre lo hago y siempre la haré, ¿por qué?...
Le he sacado la lengua a un bebé en un carricoche, y se ha reído…son pequeñas gilipolleces, pero le hacen a uno disfrutar un poco más de la vida, o un poco simplemente.
Hoy ha sido un día como otro cualquiera, pero otra vez estoy en casa, lamentando las cosas que no hice, y que hoy, un día más, mi cama esté demasiado vacía…